Acabo de ver el documental de Kirby Dick titulado "This Film Is Not Yet Rated" (Este Filme Aún No Ha Sido Clasificado, traducido) que gira alrededor de la identidad secreta de los miembros de la controversial organización de los Estados Unidos encargada de "clasificar" las películas que se muestran al público gringo, la MPAA (Motion Picture Association of America), dirigida hasta el 2005, por Jack Valenti, quién se la dejó a cargo a su sucesor Dan Glickman.
El documental es interesante, Kirby Dick nos muestra un conteo de cineastas que han sido forzados a mutilar su visión original o hacer cortes en las cintas que tienen que, por obligación, someter a clasificación con la MPAA. Se encuentran nombres conocidos como Peter Jackson, Kevin Smith, David Cronenberg, Kimberly Pierce, Wayne Kramer, John Waters, Sam Peckinpah, y hasta el reconocido rey de salirse con la suya Quentin Tarantino. El documental nos muestra algunos casos individuales del porque la MPAA le dio a ciertos filmes la estigmatizada clasificación "NC-17" (No Children under 17), y digo estigmatizada porque ningún estudio vende una película con esa clasificación, y no puedes lanzarla al mercado libremente, ya que está restringido lanzar al aire spots en la TV, etc. los cineastas se burlan de las "razones" que estas personas tienen para darle esas clasificaciones a las películas. Por ejemplo, en "Boys Don't Cry" (Los Hombres No Lloran), la directora Kimberly Pierce señala que le dieron NC-17 porque la escena donde una mujer tiene un orgasmo era "demasiado larga" y tenía que reducirla. Cuando otras películas han tenido escenas de orgasmos igual o más largas. Kevin Smith, director de "Clerks", "Chasing Amy", etc. presenta su caso cuando sometió su filme "Jersey Girl" a los censores de la MPAA. Le dijeron que su película iba a ser R (Restringida) por una simple conversación sobre masturbación, esto fue un problema porque la película estaba planeada para una clasificación PG-13 (Parental Guidance under 13). John Waters, directore de películas como "Pecker", "Pink Flamingoes", "Cecil B. Demented", etc. presenta su caso con "A Dirty Shame" la cual fue marcada con el NC-17 por el "tono" de la película, que contenía escenas de personas echandose comida en el cuerpo para sentir placer sexual. Kirby Dick, el director del documental contrata una investigadora privada para descubrir la identidad de los censores, que son "personas ordinarias" que son contratadas para que vean películas y comenten y voten sobre que clasificación les va a ser otorgada. El documental es entretenido y presenta otros casos como el de la película de los creadores de South Park, "Team America: World Police" que muestra dos muñecos teniendo sexo.
También "The Cooler" de Wayne Kramer obtuvo NC-17 porque en una escena se ven bellos púbicos de una mujer, y el tratar de argumentar que la película "Basic Instinct" (Bajos Instintos) tiene una escena donde Sharon Stone cruza la pierna y también se ven bellos púbicos no es tomada en cuenta, porque "va contra las reglas" el referirse a otras películas. Al final, me sentí entretenido por el documental y un poco enojado e impotente al ver como un grupo de "personas ordinarias" alejadas del ojo público tienen el poder de votar y adulterar la visión de artistas, que en este caso son cineastas. Ojalá que este problema haga ruido en la industria del cine. Ojalá.
El documental es interesante, Kirby Dick nos muestra un conteo de cineastas que han sido forzados a mutilar su visión original o hacer cortes en las cintas que tienen que, por obligación, someter a clasificación con la MPAA. Se encuentran nombres conocidos como Peter Jackson, Kevin Smith, David Cronenberg, Kimberly Pierce, Wayne Kramer, John Waters, Sam Peckinpah, y hasta el reconocido rey de salirse con la suya Quentin Tarantino. El documental nos muestra algunos casos individuales del porque la MPAA le dio a ciertos filmes la estigmatizada clasificación "NC-17" (No Children under 17), y digo estigmatizada porque ningún estudio vende una película con esa clasificación, y no puedes lanzarla al mercado libremente, ya que está restringido lanzar al aire spots en la TV, etc. los cineastas se burlan de las "razones" que estas personas tienen para darle esas clasificaciones a las películas. Por ejemplo, en "Boys Don't Cry" (Los Hombres No Lloran), la directora Kimberly Pierce señala que le dieron NC-17 porque la escena donde una mujer tiene un orgasmo era "demasiado larga" y tenía que reducirla. Cuando otras películas han tenido escenas de orgasmos igual o más largas. Kevin Smith, director de "Clerks", "Chasing Amy", etc. presenta su caso cuando sometió su filme "Jersey Girl" a los censores de la MPAA. Le dijeron que su película iba a ser R (Restringida) por una simple conversación sobre masturbación, esto fue un problema porque la película estaba planeada para una clasificación PG-13 (Parental Guidance under 13). John Waters, directore de películas como "Pecker", "Pink Flamingoes", "Cecil B. Demented", etc. presenta su caso con "A Dirty Shame" la cual fue marcada con el NC-17 por el "tono" de la película, que contenía escenas de personas echandose comida en el cuerpo para sentir placer sexual. Kirby Dick, el director del documental contrata una investigadora privada para descubrir la identidad de los censores, que son "personas ordinarias" que son contratadas para que vean películas y comenten y voten sobre que clasificación les va a ser otorgada. El documental es entretenido y presenta otros casos como el de la película de los creadores de South Park, "Team America: World Police" que muestra dos muñecos teniendo sexo.
También "The Cooler" de Wayne Kramer obtuvo NC-17 porque en una escena se ven bellos púbicos de una mujer, y el tratar de argumentar que la película "Basic Instinct" (Bajos Instintos) tiene una escena donde Sharon Stone cruza la pierna y también se ven bellos púbicos no es tomada en cuenta, porque "va contra las reglas" el referirse a otras películas. Al final, me sentí entretenido por el documental y un poco enojado e impotente al ver como un grupo de "personas ordinarias" alejadas del ojo público tienen el poder de votar y adulterar la visión de artistas, que en este caso son cineastas. Ojalá que este problema haga ruido en la industria del cine. Ojalá.
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