ATENCIÓN

Queridos lectores,

Este espacio a evolucionado a algo un tanto diferente, los invito a que me continúen leyendo en mi nuevo blog, titulado Totally Unrated 2.0

Saludos y hablemos de cine.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Mirrors (2008) - Más fantasmas de Asia

Después de muchos dolorosos ejemplos de remakes de películas de horror (fantasmas específicamente) nos siguen llegando, y hoy hablaré del enésimo filme de horror fantasmagórico basado en una película asiática. Ésta vez le toca el turno a “Mirrors” (Espejos Siniestros, en México), un remake de la película Coreana del 2003 conocida en inglés como “Into the Mirror” (Detrás del Espejo, en México). He aprendido a no prestarles mucha atención y la verdad muchos de ellos ya ni siquiera me molesto en verlos porque fuera de “The Ring” (El Aro, en México) que no fue una impecable cinta pero si el pionero de ésta ola, y “The Grudge” (La Maldición, en México) que fue un remake mejor que su original en mi opinión, no he disfrutado mucho el resto de americanizaciones que me ha tocado ver. “Mirrors” era diferente porque carga una sólida clasificación R en Estados Unidos, a diferencia de todas las demás que son clasificadas con una más segura PG-13 que significa, no desnudos, no violencia y poco lenguaje altisonante, así que desde ese aspecto “Mirrors” tenía puntos a su favor. Pero la verdad, lo que me atrajo a averiguar que tal está la película es el equipo detrás, el cineasta Francés, Alexandre Aja. El es el director del brutal slasher en su idioma natal “Haute Tension” (El Despertar del Miedo, en México) y de uno de los mejores remakes que he visto en los últimos años, la actualización del 2006 de “The Hills Have Eyes” (El Despertar del Diablo, en México). Aja, con pocos filmes bajo su cinturón ya es conocido como miembro del nuevo clan de directores que están trayendo de vuelta el género del horror con fuerza. El libreto es de parte del mismo Aja, y su compañero Gregory Levasseur quién colaboró con él en los guiones de sus dos filmes anteriores. No sonaba del todo mal, así que decidí darle a esté remake de horror fantasmagórico asiático número mil, una oportunidad. El filme trata sobre Ben Carson (Kiefer Sutherland) un ex policía viviendo con su hermana Angela (Amy Smart), que fue expulsado de la fuerza policiaca a causa de un horrible accidente. Ben está dejando de beber y necesita conseguir un trabajo para poder convencer a su esposa Amy (Paula Patton) de aceptarlo de nuevo y así poder estar con sus dos hijos pequeños. Ben consigue trabajo como guardia en Mayflower, un antiguo centro comercial en Nueva York que se quemó hace años, trabajando el turno nocturno Ben se da cuenta que lo único que se ve limpio e impecable dentro del edificio son sus numerosos espejos, y así el va descubriendo poco a poco que algo maligno vive detrás de los espejos, ya que comienza a ver visiones de su propia muerte y gente que murió en el incendio. Ahora, Ben tendrá que resolver el misterio del porque estos espejos encierran algo raro y peligroso antes de poner en peligro su vida, y la de su familia. Ahora mismo digo que “Mirrors” no fue nada del otro mundo, la verdad, aún con talento en su creación el filme cubre las mismas aburridísimas bases que ya hemos visto hechas mejor en otras películas, cuando la moda de fantasmas asiáticos aún estaba fresca, pero ahora, parece que el filme llega más de un par de años muy tarde. Después de ver virtualmente cada película exitosa de fantasmas de manufactura asiática reciclada para audiencias norteamericanas, “Mirrors” no viene a cubrir ningún tipo de terreno inexplorado, excepto el hecho de que tal vez es más violenta y su historia baila por todos lados incluyendo posesión demoníaca, ventanas a otros mundos y una especie de criatura o zombie o demonio o algo así. Suena interesante en papel, pero créanme que en su ejecución no lo es tanto. Aja se infiltró de manera más que correcta en el sistema Hollywoodense modernizando la clásica pero algo fechada cinta de 1977 de Wes Craven, “The Hills Have Eyes” de una manera sórdida, dura, sucia, y completamente violenta y efectiva, ahora al parecer Aja trató de hacer su magia con otra vertiente poderosa en el cine de horror Estadounidense, el reciclaje de fantasmas asiáticos y aunque no puedo negar que esta película tiene un par de escenas y momentos memorables que tal vez la pongan arriba de muchas películas de la competencia, “Mirrors” sigue siendo un producto muy desechable y no muy innovador. Si el director Aja no es capaz de asustar, al menos es capaz de asombrar, producir tensión y mover una historia con velocidad e intensidad, que son detalles que fallan durante el metraje de “Mirrors”. Su libreto baila alrededor de varias ideas y nos conduce a través de un misterio de Scooby-Doo que ya hemos visto desarrollarse en muchísimas películas de éste tipo sin mostrarnos muchas escenas interesantes en el transcurso. El filme cubre las bases que sabemos que cubrirá, el filme comienza con un suceso trágico que se nos muestra como preámbulo al peligro que aguarda a nuestro protagonista, después vemos como nuestro protagonista va conociendo la amenaza, luego vemos como va descendiendo en la deseperación/locura a causa de que nadie le cree, después vamos viendo como nuestro protagonista va sacando a la luz un misterio desde hace mucho enterrado, y así sabemos que de alguna manera resolverá las cosas. Cada punto es prácticamente una obligación en éstas películas, y "Mirrors" no falla en seguirlo al pie de la letra. La violencia gráfica o el gore tienen buen nivel (la escena de la mandíbula arrancada es un tremendo ejemplo) pero aún así no se siente como que la clasificación R la separa mucho del resto de su género. Lo interesante aquí fue que el filme se aventuró a tener una clasificación más dura, y no tener a una estrella jovenaza en su papel principal. El actor veterano Kiefer Sutherland (mejor conocido como Jack Bauer, en la serie de televisión “24”) toma las riendas del filme entregando una actuación correcta más no muy diferente de la que nos da como agente federal en la conocida serie de TV. Sutherland es un actor que actúa torturado de una manera efectiva, pero sus reacciones y su manera de decir los diálogos hacen demasiado eco con su personaje más famoso. Tristemente, sabemos que Sutherland se ha encasillado en éste personaje y es bastante difícil salir de este molde... esperemos que tenga más oportunidades. Paula Patton, que no es una actriz particularmente conocida, o buena tampoco, toma el segundo crédito interpretando a la desesperada esposa del personaje de Sutherland y madre de sus dos hijos. Patton hace lo que tiene que hacer, simplemente jugar la parte de damsel in distress y no mucho más. Amy Smart, quién ha probado ser una actriz efectiva tiene un reducido y vergonzosamente desechable rol en el que pudo estar cualquier actriz de dos centavos. Que lástima haber desperdiciado a Smart de ésta manera. Jason Flemyng, actor Británico de algunas buenas películas se aparece aquí fingiendo un acento Estadounidense interpretando otro papel desechable como el amigo policía del personaje principal. El resto del elenco hizo lo que tenía que hacer. En líneas generales “Mirrors” si es un poco mejor que muchas de las películas de éste tipo que he visto, como por ejemplo la versión gringa, “The Eye” (El Ojo del Mal, en México) con Jessica Alba al frente, es un filme patéticamente aburrido y un calco vil de su original. Éste filme es mejor que eso, es más perverso, contiene un par de escenas efectivas, violencia saludable y un desenlace decente e intersante. Aún así, Aja podría haber hecho algo más llamativo, pero realmente no culpo completamente a las habilidades de Aja sino a su decisión de haber aceptado el encargo de éste proyecto, realmente siento que el terreno de remakes de películas de fantasmas asiáticos da sus últimas bocanadas de aire antes de morir por completo, porque creo que ya todos nos estamos cansando. Basta con éste tipo de remakes, el chiste ya acabó, tuvo su auge, salieron un par de películas decentes y ahí para. Esperemos que el próximo proyecto de Aja sea interesante y revindique su decisión de hacer una película tan envuelta en clichés y similitudes con filmes que parece que llegan a las pantallas de cine mensualmente. “Mirrors” puede ser entretenida una vez, pero en lo personal no creo que vuelva a verla, porque a estas alturas del juego, se que una dosis de fantasmas asiáticos es lo suficiente para un largo tiempo.
"I feel like I'm not the one looking into the mirrors, but they're looking back at me" - Ben Carson

martes, 16 de septiembre de 2008

Death Race (2008) - Sangre en el asfalto

A los seguidores del cine nos suena mucho el nombre del famoso Roger Corman, productor y director de cine de serie B, que ha sido responsable de traer al público películas como “Carnosaur” (Carnosaurio, en México) y sus secuelas, la horrenda adaptación de 1994 de “Fantastic Four” (Los Cuatro Fantásticos, en México) y claro, uno de los títulos más conocidos del famoso productor, todo un ícono de culto, “Death Race 2000”. Lanzada en 1975, el filme era protagonizado por un joven David Carradine, y el antagonista era un Sylvester Stallone pre-famoso en un rol bastante hilarante. En lo personal, admiro el filme por lo que es, pero a mí no me pareció nada muy memorable, de hecho lo considero bastante ridículo y no muy emocionante. He ahí cuando entra mi curiosidad en el momento que me entero que un remake del clásico serie B está en manos del cineasta Británico y odiado por muchos, Paul W.S. Anderson. Quitando el ridículo “2000” del título, “Death Race” (Death Race: La Carrera de la Muerte, en México) es una actualización en espíritu y en historia de lo que trataba de hacer el filme de 1975, que es simplemente mostrarnos mujeres, explosiones, autos, y sangre. Anderson, quién ha estado a cargo de filmes como la adaptación del juego de video “Mortal Kombat”, y claro la muy controvertida adaptación de “Resident Evil” (Resident Evil: El Huésped Maldito, en México) en el 2002, también de la fusión de dos grandes franquicias de horror/ciencia ficción con “Alien Vs. Predator”. Anderson es un director que tiende a dividir mucho a las audiencias con sus películas, en lo personal, no tengo problemas con su filmografía, sus películas siempre me han divertido y particularmente el thriller de horror/ciencia ficción “Event Horizon” (La Nave de la Muerte, en México) va un poco más allá de solo ser entretenimiento palomero. El liberto y dirección de “Death Race” están a cargo de Anderson, quién actualiza un poco la historia y la convierte en algo más tangible y menos caricaturesco a diferencia del filme original.En éste remake se nos explica que en el año 2012, la economía de los Estados Unidos se ha colapsado, con el desempleo por los cielos, y la sobrepoblación de cárceles del país ha causado que corporaciones privadas se apropien de ellas para sacar ganancias monetarias. Entra ahí la prisión de máxima seguridad llamada Terminal Island, llena de reos de lo peor, manejada por la ambiciosa Sra. Hennessey (Joan Allen) una mujer de negocios implacable, quién dentro de la prisión maneja un programa de televisión por Internet super popular llamado Death Race, que trata sobre una serie de carreras de automóviles extremas donde todo se vale conducidos por reos, alterados con armamento y reforzados contra balas. El reo que gane, gana su libertad, y los demás morirán en el intento. Así es cuando el ex-corredor de carreras Jensen Ames (Jason Statham) es incriminado por el asesinato de su esposa y trasladado a Terminal Island, donde Hennessey le ofrece la oportunidad de tomar el lugar de un corredor fallecido conocido como Frankenstein, quién mantenía los ratings altísimos, así que Jensen es reclutado para poder continuar con el show y transmitir la nueva Death Race. Con un comprometido contrincante conocido como Machine Gun Joe (Tyrese Gibson), Jensen tendrá que arreglárselas para ganar la carrera mortal, y de alguna manera conseguir su libertad a través de la corrupción y el engaño que se maneja en Terminal Island, porque sabemos que Hennessey no dejará ir a su corredor estrella tan fácilmente.Anderson actualiza la historia un poco haciéndola sonar menos ridícula ya que en la película original se manejaba el concepto de Death Race como un deporte nacional del futuro (osea el año 2000, ya que el filme fue lanzado en 1975) y trataba de varios corredores manejando automóviles ridículos que parecían carros alegóricos de desfile que obtenían puntos por golpear a transeúntes inocentes. Bien, aquí Anderson maneja un concepto mejor y la verdad el filme se siente más en la vena de una película sucia, violenta y de explotación cambiando todos los saturantes colores del filme original por una paleta de colores oscuros, grisáceos y oxidados. En sí, ésta nueva versión de “Death Race” cumple con el cometido de seguir transmitiendo esa vibra de película de explotación, ya que no hay más que buscarle a esta película más que su explosivo entretenimiento, sus ocasionales actrices atractivas y la violencia que maneja. La historia contiene personajes altamente estereotipados, y se podrán ver todos los clichés cubiertos que verías en una película de prisión, como el obligatorio enfrentamiento del “tipo nuevo” con una pandilla de abusadores violentos, también veremos al “tipo nuevo” siendo acogido por un grupo de amigables y raros compañeros, incluyendo claro está, al viejo y sabio del grupo, en éste caso interpretado por Ian McShane en el papel de Coach. El metraje es rápido con una hora y media rápida de diálogo tonto que nos muestran que tan varoniles son sus personajes, explosiones, sangre, balazos, y carreras de autos. Paul W.S. Anderson tiene buen ojo para manejar la cámara y la acción y aquí nos mantiene entretenidos de una manera fácil, simplemente haciendo una película que no tiene delirios de nada, no quiere dejarnos un mensaje, ni quiere hacernos pensar, simplemente siguiendo la vena de su película serie B original, “Death Race” es un producto cargado de testosterona meramente hecho para entretener al espectador durante una hora y media. A veces siento que la película podría haber estado más sangrienta, aunque si tiene un par de sorpresas por ahí.Las actuaciones son lo suficientemente malas-pero-buenas en este tipo de película empezando por Jason Statham interpretando el único papel que sabe interpretar, quiero decir, él mismo y curioso que a él ya lo hemos visto como otro experto en manejar automóviles en la serie de “The Transporter” (El Transportador, en México) al igual que su co-protagonista Tyrese Gibson, quién básicamente solo sabe interpretarse a él mismo pero con pequeñas variaciones, aquí nos recuerda a su personaje de “2Fast 2Furious” (Más Rápido, Más Furioso, en México) pero en versión “malo”, como el contrincante de Statham, llamado Machine Gun Joe. También tenemos a Ian McShane como mencionaba interpretando al viejo sabio que ya se ha acostumbrado a vivir detrás de las altas paredes de la prisión. Joan Allen se viste deliciosamente exagerada de villana interpretando al corporativismo ambicioso y maligno hecho persona, con su personaje de la Sra. Hennessey. Tenemos también a Jacob Vargas como Gunner, uno de los secuaces y fieles seguidores de nuestro héroe Statham, y Natalie Martinez interpretando a Case, la co-piloto del personaje de Statham, que está puesto en la película por el único propósito de tener una mujer atractiva contoneándose por ahí y mostrando escote, el director Anderson no tiene pretensiones en como lo hace, es una especie de Michael Bay pero sin delirios de grandeza. “Death Race” es una película divertida, tampoco es lo mejor y engloba lo más entretenido del tipo entretenimiento palomero, porque hay películas que tienen más replay value que ésta, pero aún así se las ingenia para entretenernos a nosotros que estamos buscando en este tipo de películas, diversión rápida, explosiva y exagerada, sin involucrar una historia demasiado complicada. Eso es exactamente lo que “Death Race” hace, y en ese ámbito, tiene éxito.
"You wanted a monster? Well, you've got one" - Jensen Ames

martes, 9 de septiembre de 2008

Babylon A.D. (2008) - Ciencia ficción blanda y superficial

Con los éxitos del verano ya dejando las pantallas de cine, la industria de Hollywood parece estar escupiendo algunas películas que no son pensadas como posibles generadoras de ingreso, así que algunas películas, de diferentes calidades están siendo lanzadas a las pantallas con esperanzas de que al menos ganen de vuelta su presupuesto de producción. Pero bueno, entre ellas viene la película de la que hablo hoy, “Babylon A.D.” (Misión Babilonia, en México) un filme de ciencia ficción que al parecer tardó bastante tiempo en su producción y hasta ahora ha sido develada al público causando comentarios no muy positivos. El filme es dirigido por el cineasta Francés, Mathieu Kassovitz, director de filmes sólidos como “Les Rivierès Pourpres” (Los Ríos de Color Púrpura, en México) y otros no tan sólidos como la cinta de horror “Gothika”. En sí, “Babylon A.D.” es plagada con problemas y aspectos negativos que afectan a su producción, como el hecho de que tiempo y violencia en pantalla son cortados para asegurar la clasificación más accesible de PG-13 en Estados Unidos en vez de su original R que acortaría su audiencia significativamente. Encima de eso, Kassovitz, director de la película reportó no haber estado del todo feliz al haber visto el corte final de la película acusando a los estudios de haber metido mucho las manos durante la producción. El filme es escrito por el mismo Kassovitz y Eric Besnard, basados en una novela de ciencia ficción escrita por el autor Francés, Maurice G. Dantec titulada “The Babylon Babies”. Kassovitz dijo que él quería hace una versión más apegada a la novela, pero simplemente los estudios no lo dejaron, en lo personal, yo nunca había oído del libro y obviamente no lo he leído. El filme se ambienta en un futuro no especificado, pero se hace referencia a que es más allá del 2017. Nos encontramos con Toorop (Vin Diesel) un mercenario duro y directo viviendo en Rusia, en un barrio horriblemente descuidado poblado por guerrillas y personas sin hogar. Sin mucha anticipación, Toorop es aproximado de forma hostil por unos hombres armados ordenados a llevarlo con un antiguo empleador, un gangster Ruso llamado Gorsky (Gérard Depardieu) quién le ofrece un trabajo como contrabandista de humanos, ya que parece que Toorop tiene experiencia en ello. Le pide que lleve a una chica a Estados Unidos en 6 días, Toorop acepta por un jugoso pago, y se encuentra con su "carga" en las puertas de una especie de convento religioso de una secta llamada "noelitas", una misteriosa chica llamada Aurora (Mélanie Thierry) y su cuidadora, la Hermana Rebeka (Michelle Yeoh) son a quienes Toorop tiene que trasladar a través de fronteras hostiles, evadiendo milicia, explosiones, un peligroso culto religioso, entre otras cosas. La interrogante aquí es que la joven Aurora, parece ser más que una simple chica, ella tiene un secreto dentro de ella. “Babylon A.D.” definitivamente no es un filme bueno, pero no es del todo malo, al menos eso pensé yo después de verla. Ya que tuve que asentar mis ideas y pensamientos antes de tratar de plasmar una opinión aproximada a como en realidad sentí el filme. Empezaré diciendo que la película es un espectáculo visual bastante bien confeccionado, soy muy aficionado a ver esos futuros oscuros, sucios, muy tecnológicos y a veces tétricos pero dentro de lo que cabe, reales, plasmados en filmes como muy bien lo han hecho películas como la genial “Blade Runner” por así decirlo, o más recientemente “Minority Report” (Sentencia Previa, en México) explorando un poco lo que es la “alta tecnología” chocando con la “vida de abajo” contraponiendo lugares horribles y olvidados pero funcionales acorde a una tecnología futurista ficticia, bastante interesante. Ese detalle, es fácilmente lo que más disfruté de “Babylon A.D.”, las cosas que la hacen una película de ciencia ficción fue lo que me gustó, en un nivel visual y en un nivel narrativo claro. Tristemente fuera de eso, el filme no funciona del todo bien ya que su historia es bastante errática, llena de diálogos pseudofilosóficos, clichés monumentales, con un par de escenas algo cursis, y una dosis saludable de acción filmada de manera confusa, con cortes fulminantes y una cámara convulsionante que no deja apreciar mucho. No estoy seguro si la edición algo truncada de las escenas de acción que involucran golpes, sangre y balazos tiene mucho que ver con el hecho de que la película fue recortada en su contenido “fuerte” para alcanzar la clasificación PG-13, tendría que ver el corte original sin censura para comparar. Las escenas de acción como ya mencioné no están muy bien filmadas, además del hecho de que se sienten un poco forzadas como que no tienen mucha razón de ser. Parece que están en la película simplemente porque un filme de ciencia ficción con Vin Diesel debería de tener en su metraje, persecuciones, explosiones, y un par de peleas. Algo en lo que no ahondaré mucho es que su final me pareció bastante anticlimático, yo estaba esperando que acabara de una manera más fuerte, más interesante, o al menos más emocionante, pero parece que en sus últimos 10 minutos la película se arrastra lentamente hacia los créditos con la inclusión de una escena no muy bien hecha que termina siendo parte de la definición de acción genérica. En el departamento actoral, creo honestamente que Vin Diesel lo intenta en éste filme, pero su personaje está escrito tan superficialmente que uno nunca se siente junto con él, nunca ve sus motivos, y su transición de “tipo rudo que no habla mucho” a “moralista protector del inocente” es súbitamente lanzada a la audiencia. Diesel ya había incursionado al cine de ciencia ficción con dos filmes que en lo personal me gustaron mucho, "Pitch Black" (Criaturas de la Noche, en México) y su pseudosecuela "The Chronicles of Riddick" (La Batalla de Riddick, en México), Michelle Yeoh intenta hacer un papel algo emotivo y funciona en un par de escenas, aunque cuando la vemos tirando karatazos a los malos de la película, su personaje se ve ridículo, al igual que con Mélanie Thierry que se las ingenia para estar constantemente en “modo hinchapelotas” siempre causando estragos, alargando el metraje con su misterio y haciendo el tipo de cosas que hacen los personajes que hacen desesperan a la audiencia. Gérard Depardieu fue deliciosamente malo en su muy reducido papel de Gorsky, el gangster vil. Charlotte Rampling fue desperdiciada en un vacío papel de la cabeza de un culto religioso experto en explotar a sus seguidores y como un toque interesante tenemos a Lambert Wilson en un personaje algo deshechable pero interesante visualmente. “Babylon A.D.” no es una completa pérdida de tiempo, si no una oportunidad perdida, porque podemos ver que a través del bonito empaque que tiene el filme y sus visuales interesantes, sus actuaciones mediocres, sus escenas de acción genéricas y confusas y su historia a medio cocinar, que se asoman ideas interesantes y una historia que podía haberse extendido más allá y dicho mucho más. No se como está la novela original en la cuál el filme está basado, pero estoy seguro que maneja temas mucho más interesantes y profundos de lo que se cubre en el filme. No tengo nada más que decir más que recomendar que el filme debe de ser visto como uno para pasar el rato, sin muchas aspiraciones a ver algo bueno, porque pensándolo bien, el potencial a medio explotar y las buenas ideas que podría haber explorado “Babylon A.D.” en su mediocridad, más que darle puntos a su favor, se los quita.
"Kill or be killed. The survivor's code. My code." - Toorop

jueves, 4 de septiembre de 2008

The X Files: I Want to Believe (2008) - Ya no creo en ésta franquicia

Recuerdo el programa de televisión "The X Files" (Los Expedientes Secretos X, en México) un programa interesante que me atrapó desde que vi su primer episodio a una temprana edad. Pequeñas historias de horror, suspenso y claro, ciencia ficción me mantenían fiel seguidor del programa y sus héroes Mulder y Scully siempre fueron personajes a quienes yo admiraba y sentía que eran un par de héroes muy tangibles y reales. En fín, eso pasó durante un par de temporadas, de un momento a otro y ni siquiera me di cuenta exactamente cuando, el programa empezó a tener cierta continuidad y las historias se alargaban hacia más y más capítulos y empezó a convertirse más en una serie tipo telenovela como lo son las muy populares y actuales "Lost" (Perdidos, en México) y "24". Como nunca he sido particularmente bueno para seguir series que tienen continuidad, fui perdiendo el interés en "The X Files" ya que su formato antología de horror se fue discipando cada vez más. Claro, cabe mencionar que vi en la pantalla grande la versión cinematográfica del programa, llamada "The X Files: Fight the Future" (Los Expedientes Secretos X: Combate al Futuro, en México) lanzada en 1998 y dirigida por Rob Bowman, director de algunos episodios de la serie. El filme me gustó, me pareció entretenido y fue mucho más "sobrenatural" de lo que yo me lo esperaba. La serie siguió después de su versión cinematográfica y terminó después de 9 temporadas en el año 2002. Ahora, 6 años después, tenemos otra versión cinematográfica del programa televisivo, llamada "The X Files: I Want to Believe" (Los Expedientes Secretos X: Quiero Creer, en México). El filme es dirigido por el creador de la serie, Chris Carter, y es escrita por el mismo y el productor de antaño, Frank Spotnitz. En un intento por revisitar a estos personajes y éste universo, estos tipos se las han ingeniado para develar uno de los thrillers más sosos y genéricos que he visto últimamente. La película ocurre ambientada en "tiempo real", osea que en verdad 6 años han transcurrido desde los eventos del final de la serie. Fox Mulder (David Duchovny) ya no trabaja para el FBI, y se esconde como todo un ermitaño con una crecida barba y recortando periódicos con noticias interesantes, Dana Scully (Gillian Anderson) trabaja como médica cirujana en el hospital de la localidad. Ambos viven juntos como pareja, pero su tranquilidad es amenazada cuando dos agentes del FBI, Mosley Drummy (Alvin "Xzibit" Joiner) y Dakota Whitney (Amanda Peet) reclutan a Mulder como supervisor en la búsqueda de una agente perdida, ya que tratan de encontrarla con la ayuda de un sacerdote pederasta llamado Joe Crissman (Billy Connolly) que dice tener visiones de ella. Habiendo tratado con varios psíquicos durante su carrera, Mulder es necesitado por sus antiguos empleadores y así, con la renuente ayuda de Scully, se embarca en una misión que les ayudará a replantear sus creencias, su carácter y su determinación. La película de "The X Files: I Want to Believe" (a propósito, me gustó mucho el título que hace alusión al clásico poster que tiene Mulder pegado en su oficina) nunca fue que esperara con ansias pero definitivamente me llamaba la atención. Tenía la idea de que era una película interesante, podríamos ver que había pasado con estos personajes en su ausencia de la pantalla chica, y claro, disfrutar una historia self-contained osea contenida en una sola película para no sentirnos rechazados, nosotros que no seguimos la serie hasta el final. El filme, en sí hace eso, visita de nuevo a estos personajes (con una aparición muy apreciada del personaje de Walter Skinner, interpretado de nuevo por Mitch Pileggi) y también nos cuenta una historia ajena a la continuidad de la serie ya que la podemos entender y disfrutar libremente. Lo único malo, es que el filme falla en hacer estas cosas. Empezando porque trata de manera demasiado rápida y superficial el hecho de que Fox Mudler lleva años lejos de la luz pública, tal vez volviéndose loco dentro de un cuarto lleno de recortes de periódicos y fotos de OVNIS, y ese tipo de cosas, nunca se explora la química que tienen como pareja sentimental Mulder y Scully, y todo se sente demasiado apresurado. La dirección de Chris Carter no es mala, por así decirlo, pero se siente genérica y muy lineal, tal vez para mantener el tono neutro de los programas de televisión o algo así. El libreto en sí, es el verdadero problema con la película, Chris Carter y Frank Spotnitz son los padres de esta serie, y han estado a su lado durante toda su corrida. Yo pensaba que esta película iba a tener una historia de enorme peso, y que iba a reinventar a estos personajes de una maner extraordinariamente interesante, claro, apoyándome también en el magnífico título que le dieron (creo yo). Carter y Spotnitz escogieron una débil historia para traer de regreso a sus clásicos personajes. Extrañamente se deslinda de muchos aspectos sobrenaturales (no es crimen revelar que aquí no nos encontraremos con personas que se estiran, hombres lobo o extraterrestres) y nos presenta una poco explorada historia sobre un sacerdote psíquico y pederasta que tal vez esté haciendo las paces con Dios, mujeres desaparecidas, y una cruel aproximación al tráfico de organos, que dejenme decir ahora mismo, que no suena del todo mal, pero Carter trata la historia demasiado superficialmente, un poco discursivamente, y no totalmente de una manera entretenida. En general la película se siente como una historia genérica, no muy interesante y contada de una forma lenta y sosa. Las actuaciones no ayudan mucho aquí, empezando por nuestros dos actores principales, David Duchovny y Gillian Anderson, que aunque aún comparten algo de química en sus escenas juntos (sería imposible que no, después de tantas temporadas en el programa) pero de alguna manera se siente como que están ambos en piloto automático, no sentimos tanta familiaridad, y al mismo tiempo tampoco sentimos un cambio interesante en sus personajes. Amanda Peet estuvo lo suficientemente genérica como la agente del FBI Dakota Whitney, claro que es de obligación mencionar lo ridículo que se ve Xzibit, el rapero y anfitrión del programa "Pimp My Ride" del canal Mtv interpretando a un serio y no muy amigable agente del FBI. Simplemente está de risa. Billy Connolly fue efectivo como el sacerdote que es pieza clave para resolver el misterio en cuestión, siempre es bueno ver sus actuaciones. Callum Keith Rennie en un pequeño rol villanezco, poco explorado y genérico. Por supuesto no podemos olvidar a Mitch Pileggi como Walter Skinner, su personaje de la serie, su tiempo en pantall es poco, pero es apreciado. "The X Files: I Want to Believe" nunca mostró ser algo más de lo que terminó siendo, pero el simple hecho de que Carter, Spotnitz y compañía hayan decidido revisitar esta franquicia una vez más nos hace pensar que tenían un as mucho más poderoso bajo la manga, pero al contrario, viendo el producto terminado, nosotros como audiencia no podemos evitar hacer conjeturas sobre el intento de exprimirle unos cuantos dólares más a esta franquicia alguna vez lucrativa (todavía cometen el error de lanzarla una semana después de "The Dark Knight" en pantallas Estadounidenses, llevando la recaudación de taquilla de esta película muy por debajo de lo anticipado). Tal vez sea por curiosidad, o por alguna vez haber sido fiel seguidor de la serie de televisión, como sea recomiendo no tener altas expectativas al ver "The X Files: I Want to Believe" o mejor aún, no tener ningun tipo de expectativas, ya que honestamente creo que serán decepcionados.
"Let's just say I want to believe..." - Fox Mulder