
Tarde, pero seguro. Una de las películas que más esperaba de éste 2009 finalmente llegó a las pantallas de cine de mi ciudad. Llegó a México hace un rato ya, pero había tardado (lo que se sintió como una eternidad) en llegar a los cines locales porque yo la esperaba con bastantes ansias. El filme, es
“Inglourious Basterds” con su traducción literal,
“Bastardos Sin Gloria” como su título en México para mi sorpresa, ya que usualmente se encargan de cambiarle el nombre a las películas de manera casi siempre nefasta. Pero bueno,
“Inglourious Basterds” es la película más nueva del muy aclamado Quentin Tarantino, cineasta cuya filmografía estoy seguro que no se necesita repetir porque la mayoría de las personas, cinéfilas o no, conoce al menos dos títulos del director así que la estampa Tarantino habla por sí sola. Recuerdo haber leído que el director Estadounidense tenía en mente ésta película desde hace bastante tiempo solamente que no podía contener el montón de páginas que había escrito de
“Inglourious Basterds” en una película con 2 horas o 2 horas y media de duración. Pues, finalmente lo hizo, terminando con un corte de 152 minutos Tarantino finalmente lanzó
“Inglourious Basterds” como su 6ta película dirigida por él y con un guión de su autoría (bueno sin contar
“Jackie Brown” que Tarantino adaptó de una novela de Elmore Leonard). El filme, toma prestado el título de un filme llamado
“The Inglorious Bastards” de 1978 dirigido por Enzo G. Castellari, y dicha película es considerada (ahora con la ayuda de la popularidad que le brindó Tarantino) como el máximo exponente del subgénero conocido como
Macaroni Combat, que como el S
paghetti Western con, bueno, los
Westerns, el
Macaroni Combat es el género de películas de guerra que eran usualmente dirigidas y producidas por Italianos. Tarantino siendo fan de éste género, al igual que muchos otros decidió homenajearlo como el acostumbra con éste filme del 2009
“Inglourious Basterds” escribiendo el título en inglés de forma incorrecta para que se vea más hardcore y diferenciarla del filme original o algo así me imagino, aunque yo nunca estuve muy de acuerdo con que el título oficial estuviera mal escrito.

Para mí,
“Inglourious Basterds” representaba una esperanza de que Quentin Tarantino, naturalmente uno de mis directores favoritos, se reivindicara un poco después de que a mis ojos falló de manera bastante fuerte con su último intento que prometía mucho,
“Death Proof” (
A Prueba de Muerte, en México) su homenaje al cine
Grindhouse y de
exploitation que fue parte de la dupla cinematográfica lanzada con ese título acompañando a
“Planet Terror” (
Planeta Terror, en México) de Robert Rodriguez en el 2007.
“Death Proof” tuvo cosas muy rescatables y claro, está algo lejos de ser un desperdicio total, pero para mí sin duda alguna es la peor película de Tarantino, con personajes irritantes, mal actuados y muy forzados (Kurt Russell aquí es la excepción). Para mí, con
“Kill Bill” (
Kill Bill: La Venganza, en México), el homenaje a Tarantino al cine de kung-fu que tanto le gusta entre otros subgéneros, el cineasta se empezó a crecer demasiado auto proclamándose el rey
geek cinematográfico (que si lo es) y el hombre que hace lo que quiere y termina siendo una película buena y exitosa (que con
“Death Proof” no ocurrió, para nada). Con ese aire de grandeza, Tarantino lanzó su propuesta de homenaje
Grindhouse con
“Death Proof” y parece que lo hizo sin imaginarse una audiencia, porque sus muy aclamados diálogos suenan forzados, nada interesantes y su elenco en su mayoría (de nuevo, excepto Russell) fue atroz. Pero esa es otra historia. El punto es que
“Inglourious Basterds” prometía mucho para mí, ¿vivió a la altura de mis expectativas personales?

El filme nos sitúa en, como todos debemos de saber, la Segunda Guerra Mundial, cuando Francia estaba siendo ocupada por los Nazis. Las fuerzas Alemanas en Francia son lideradas por el Coronel Hans Landa (
Christoph Waltz) apodado
“El Cazador de Judíos” quién es un experto en encontrar hasta el último judío escondido en Francia. Mientras que una vez, una joven judía se escapó de su captura y así Shosanna Dreyfus (
Mélanie Laurent) se esconde con una falsa identidad siendo la dueña de un cinema donde los Nazis pretenden ser anfitriones de una proyección de una película de propaganda Alemana, proyectada ante todo el alto mando del partido Nazi. Al mismo tiempo, hay una unidad de soldados Estadounidenses apodados
“Los Bastardos” y liderados por el Teniente Aldo Raine (
Brad Pitt) que se encuentra en Francia, tras líneas enemigas con la misión de matar todos los nazis que puedan y con la proyección de la película, van a tener muchos Nazis importantes en un mismo lugar.
“Inglorious Basterds” fue una película que me sorprendió en el hecho de que al principio yo me espera un filme mucho más al estilo frenético y de acción como lo fue
“Kill Bill” mientras que el filme es mucho más teatral y con diálogo como su motor principal, siendo así un producto mucho más en la vena de
“Pulp Fiction” (
Tiempos Violentos, en México) claro, yendo al cine tenía en mente que así iba a hacer por muchas reseñas que me tocó leer antes de verla, pero éste fue un aspecto que no tenía en mente al saber de la película. No lo digo como algo malo, si no como una observación interesante. En
“Inglourious Basterds” la acción y la violencia vienen en segundo lugar, después del peso de los personajes, diálogo y actuación. Pero, definitivamente el filme si tiene más de un par de escenas interesantes de tiroteos y violencia gráfica que viene a cambiar de tono varias secuencias que comienzan siendo fuertes en intercambio de diálogos y de tensión. Eso para mí fue una de las cualidades más fuertes de la película, ya que Tarantino y los actores encuentran la manera adecuada de ir subiendo la tensión en una escena de diálogo y aunque para muchos esto haya parecido como que alargó varias escenas de más, ese fue el detalle que hizo que funcionaran tan bien, como la secuencia con la que abre la película con el magnífico Christoph Waltz robándose el show de manera extraordinaria.

De hecho, la mayoría del elenco funcionó de manera completamente satisfactoria, desde los actores que tuvieron personajes más protagónicos hasta los que aparecieron en una sola escena. Comenzamos con Waltz, quién interpreta al Coronel Landa que fue un delicioso villano que quedará recordado en el ámbito cinematográfico sin duda, con una carisma siniestra bastante interesante. Claro que tenemos que mencionar a Brad Pitt que fue también un elemento tremendo de la película con su héroe rústico Aldo Raine. El resto de
“Los Bastardos” funcionaron de manera bien entregada, como Til Schweiger quién interpreta a Hugo Stiglitz, no tiene muchas líneas pero su personaje fue memorable y me hubiera gustado más escenas con él, B.J. Novak interpreta a Smithson Utivich que también dio una actuación sobria y bien hecha. El director de cine Eli Roth, compinche cinéfilo de Tarantino y responsable de escribir y dirigir filmes de horror sólidos como
“Cabin Fever” (
La Cabaña Sangrienta, en México) y
“Hostel” (
Hostal, en México) actúa aquí en el papel del Sargento Donny Donowitz y aunque Roth tuvo sus momentos, su actuación es muy exagerada y fuera de tono con las demás, y su papel debería de haber ido a alguien más, a alguien que fuera actor al menos. Michael Fassbender fue genial e intenso al igual que el Canadiense, Mike Myers en un
cameo efectivo interpretando a un general Británico. Las dos mujeres principales en el elenco Mélanie Laurent y Diane Kruger (a quién usualmente no soporto) lograron dar interpretaciones notorias con personajes de peso, y claro una no se salva que sus pies sean filmados por el fetichista lente de Tarantino, como en la mayoría de sus películas. También cabe mencionar a la aparición que hace Martin Wuttke en el rol de Adolf Hitler, interpretándolo cómicamente en su papel iracundo y cliché.

Al final,
“Inglourious Basterds” es un respiro de aire fresco, ya que toma el
siempre-muy-serio-y-con-justa-razón tema del Holocausto, los Nazis, la muerte de judíos, etc. y lo parodia de manera efectiva, homenajeando al
Macaroni Combat, que no es un subgénero muy conocido para el público en general. Aquí Tarantino continúa tomando lo no
mainstream y tratando de hacerlo
mainstream como con
“Grindhouse” también insertando un
soundtrack multifacético y efectivo, con acordes musicales fuertes y con títulos setenteros superimpresos en la pantalla de vez en cuando para designar nombres de personajes y ese tipo de cosas. Definitivamente Tarantino se reivindica después de su tropiezo con
“Death Proof” pero aún así algunas mecánicas de la película se sienten un tanto artificiales como tanta maldita charla acerca del cine Alemán y Europeo de los años 40’s y ese tipo de cosas, si, Tarantino eres un devoto cinéfilo, ya lo sabemos todos, no necesitas seguir recalcándolo. Pero al final de todo, eso es parte de su tan único estilo.
"Each and every man under my command owes me 100 nazi scalps. And I want my scalps." - Aldo Raine