

La película comienza recapitulando rápidamente que Dominic Toretto (Vin Diesel) después de fugarse de un transporte carcelario con la ayuda de su amigo y ex agente federal, Brian O’Conner (Paul Walker) se encuentra escapando de la justicia a través del globo, mientras que Brian y su novia Mia (Jordana Brewster) eluden a las autoridades en Rio de Janeiro, Brasil. Después de involcurarse con el peligroso mafioso brasileño, Hernan Reyes (Joaquim de Almeida) y cansados de huir de la ley, éstos tres se reúnen con viejos colegas como Roman Pearce (Tyrese Gibson), Han Lue (Sung Kang), entre otros para juntos llevar a cabo un último “trabajo” y desaparecer libremente. Pero, será su tarea más difícil hasta ahora ya que además de tener a los matones de Reyes pisándoles los talones, el gobierno de Estados Unidos ha enviado un equipo especial de agentes federales liderados por el implacable Luke Hobbs (Dwayne Johnson) que no se detendrá en su misión de traer de vuelta a casa a Toretto y O’Conner para encerrarlos durante mucho tiempo.
Lo digo desde ahora, la franquicia de “The Fast and the Furious” siempre ha sido uno de mis placeres más culposos, digo, son del tipo de películas más Hollywood que uno se pueda encontrar pero aún así cada una de ellas me fascina y me entretiene muchísimo, y la verdad nunca pensé que esta serie se volvería el tipo de películas que es hoy. Después de “The Fast and the Furious: Tokyo Drift” pensé que las futuras secuelas se irían por caminos y ambientaciones completamente diferentes, presentando nuevos personajes cada vez siguiendo los pasos de la tercera entrega, pero cuando “Fast & Furious” llegó trayendo de vuelta a los personajes originales, me pareció una estrategia bastante correcta. Claro, cabe mencionar que todo esto se hace posible por el hecho de que ni a Vin Diesel, Paul Walker, Jordana Brewster o Michelle Rodriguez les llovían muchas ofertas de trabajo o tenían muchos éxitos de taquilla, así que naturalmente todos ellos estuvieron de acuerdo e hicieron lo correcto en regresar a la historia que les dio su ímpetu en primer lugar. “Fast Five” lleva las cosas aún más lejos reuniendo a más personajes ya conocidos por las audiencias y colocando al, por así decirlo, némesis accionero de Vin Diesel, el mismísimo The Rock en su camino. Justin Lin quién hizo un fabuloso trabajo con las últimas dos películas de la franquicia regresa con más vitalidad y frescura tras el lente para dirigir la más desenfrenada y tal vez mejor entrega de todas hasta ahora. A lo que trato de llegar es que “Fast Five” es una bestia bastante diferente en cuanto a tono a sus películas predecesoras, llevando la línea de la cuarta película a otro nivel, ya que con ésta película podemos ver como la historia se va alejando cada vez más del mundo de los autos con sistemas de sonido monumentales, luces de neon, carreras cuarto de milla, el drifting y todos esos elementos street racer y va convirtiéndose exponencialmente en acción pura de otro calibre. Ésta quinta parte es más una película de acción y “de robo” o heist film que una película de carreras clandestinas o que tenga que ver con esa cultura, y la verdad, por mí esto funciona. Es interesante ver como la franquicia va evolucionando, cambiando de giro, cambiando historias, elenco y después regresar a él, mezclarlo, llevarlo a otros niveles de adrenalina.
Justin Lin nos trae escenas de acción completamente inverosímiles pero de impecable ejecución, poderosas y atrapantes llevando el peligro y destrucción a alturas mucho más allá de cualquier película predecesora en la franquicia. Los efectos especiales, las peleas, los set pieces aquí manejados son bastante entretenidos y bien logrados, sin duda alguna la dirección más cojonuda de la serie. Claro, no todo es dulzura, por supuesto que “Fast Five” cae en más de un par de clichés del género, y tiene también su par de escenas cursis y forzadas que no agregan mucho a la historia en general (Por ejemplo: Todo lo relacionado con el desechable personaje interpretado por Elsa Pataky). Fuera de eso, “Fast Five” es toda una golosina que estoy seguro es disfrutable una y otra vez. Los actores hacen lo que tienen que hacer y ya conocemos a la gran mayoría dentro de la franquicia. Diesel, Walker y compañía se vuelven a meter a su personaje que más reconocemos y se sienten en casa, es bueno verlos interactuar juntos. Cabe mencionar aquí a la interesante adición al elenco, Dwayne Johnson, quién la verdad pese a ser un ex luchador y un saco de músculos me parece un actor capaz o al menos con potencial, sea en una película de acción o no. Johnson es implacable, imponente y un contrapeso más que efectivo a la grandiosidad macho man que Vin Diesel hace lo posible por emanar en cada escena. Fuera de él, las caras nuevas no son muy memorables incluyendo a nuestro villano Hernan Reyes, interpretado por Joaquim de Almeida quién es un genérico mafioso despiadado con muchísima menos personalidad que digamos Carter Verone (de “2Fast 2Furious”) o Arturo Braga (de “Fast & Furious”), atribuyámosle esto al hecho de que Joaquim de Almeida tiene que compartir su tiempo de antagonista con el muchísimo más grande Dwayne Johnson.
Como mencioné, mientras que “Fast Five” lleva aún más a la franquicia a territorios menos familiares dentro de ella misma y al mismo tiempo que le sube el volumen e intensidad a sus escenas de acción (esa secuencia de la bóveda es explosivamente imposible) yo como audiencia estuve entretenidísimo y disfruté a lo máximo este nuevo capítulo en una serie que de por si, ya es una de las que disfruto más. Quédense después de los créditos para un interesante gancho para una inevitable sexta entrada y, por mi parte la recomiendo sabiendo que es una película veraniega que vale mucho la pena.



“These men are professional runners, we find ‘em, we take ‘em as a team and we bring ‘em back… and above all else, we don’t ever, ever let them get into cars.” – Luke Hobbs